martes, 16 de julio de 2013

Ciclo de la vida

Nazco, crezco y muero.
Muero, crezco y nazco.

Soy un suspiro de vida
entre dos muertes

que de la nada viene
y, sin esconderse,
a la nada va.

Y viceversa.

Quintí Casals


Punto de vista doble

El optimista ve el vaso medio lleno.
El pesimista ve el vaso medio vacío.

Yo, en cambio, me lo bebo
(en forma de alegría postiza)
y
disimulada y discretamente

acaba
quedando

lleno de espíritu
y
vacío de alma.

Quintí Casals

miércoles, 10 de julio de 2013

Capricho de clemencia

A la pregunta de si quiero una vida contigo
te respondo que la quiero, y muchísimo,
claro que la quiero (¿en qué pensabas?)
pero hay un pero, no te asustes
pero hay un pero.

Verás,
yo pretendo llegar más lejos,

no pretendo tan sólo vivir contigo,
más bien yo quiero llegar al labio del abismo.

Verás princesa, te sonará violento
pero yo deseo ante todo
morir contigo
(juntos)

Y afrontar así el "hasta que la vida nos una".
Y burlar así el "hasta que la muerte nos separe".

Y quedar unidos para siempre.
Y no separarnos nunca.

Tal como manda el amor enfermo.
Esperemos tener suerte
y que nos mate juntos.

Quintí Casals

Nada

Y después de todo un día dialogando con el infinito,
con el cielo, con la bravura de la amargura, con el alma,
con los ojos, con el falo, con el espectro encarnado de la vida,

escribo un pensamiento en vano
para un día que no ha tenido nada
más
que palabras huecas
también en vano.

El pensamiento que escribo
no es más que un soplo de nada
y lo escribo así,

dejando algo,
nada más que cuatro palabras,

nada más que una migaja de todo,

nada.

Con todo en el significante
y con nada en el significado.
Como mis días en la vida:

vacíos en la inmensidad,
sazonados con la pizca de nada
en lo que parece ser un grabado del todo.

Quintí Casals

Historia del brote de una flor con pétalos de carne y hueso

Había una vez
una flor habitante de un jardín y
de esbelta robustez y olor,
que ante la maldad y la codicia
gobernadora en las entrañas del cosmos,
decidió
hacer un acto de solidaridad
para el mundo.

Optimista y convencida,
abrió ésta su corola
y dejó marchar
un banco de chispas de polen

con la esperanza
que

éstas pudieran
fecundar una vagina humana.

El polen salió disparado de su voluntad
y voló y voló entre el pentagrama
del aire

para llegar a alcanzar
un clítoris, un himen, una vagina de dama virgen.

Logró su embrollada hazaña
y consiguió

fecundar con astucia y vigor tal vientre.

El tiempo pasó y pasó
y
al cabo de 9 meses

esa mujer
dio luz

por fin a alguien en la Tierra

con corazón de savia/sabia
y raíz de alma buena.

Quintí Casals

martes, 2 de julio de 2013

Tatuaje

Quizá nunca le hayan hecho este cumplido señorita,
es más, no quiero que nadie nunca le diga
algo tan bello y sincero como lo que voy yo

a decirle.

Quiero que sepa -aunque ya lo sepa-
que estoy encantado que su corazón y su vagina
se hayan dignado a dejar caer su sangre y su flujo
en un arropo de amor
encima de mi piel rosada, y, como un tatuaje,

nunca puedan esa manchas pertenecientes
a su delicada presencia limpiarse
de mi corteza epidérmica.

Quiero que sepa que tan sólo tengo este deseo.
Tan sólo aspiro a ésta guarrada metafórica.

Bueno, más que tan sólo, tan tanto.

Soy consciente de que pido mucho
pero lo suficiente -no se queje-
ya sabe que en eso consiste el amor.

Quintí Casals

Los ojos

Malditos ojos:
no calla nunca su verborrea de imágenes
en mi interior.

Tiene la pupila que ser pesada.
Tiene que hablarle y hablarle
a mi cerebro sobre todo lo que traga.

Tiene que hacerlo
igual que lo hacen los nervios de la piel,
las papilas gustativas, los tímpanos
y las fosas nasales,

sólo que ésta lo hace con más estilo:
más audaz, más directa, más peligrosa su metodología,

ya que la vista
tiene el valor

de hablar
claro y
cara a cara

mirando a los ojos fijamente
al alma

(como nadie nunca antes se había atrevido a hacer)

Y nace entonces un fuerte pulso entre las dos miradas,
pero en vano, ya que el alma siempre acaba perdiendo
delante del desabrigo de la vida,

porque, al fin y al cabo,
acaban volviéndose locos todos quienes logren
mantener un prolongado bis a bis con lo que ven los ojos:
aquella fruta prohibida, jugosa por fuera y áspera por dentro,
llamada realidad.

Quintí Casals