Nuestro comienzo
delante del fin.
La Tierra cae en pedazos mientras nosotros maduramos
Que interrupción tan prematura a nuestro amor al alba
Mientras se derrumba te pediré que no sueltes mi mano
Quiero que seas la única alma que de tragedia se salva
Las calles se llenan de polución, muerte y necesidad
Pero lágrimas en tus mejillas son mi mayor perdición
Todos los bulevares me llevan al amor de tu ciudad
Aunque miles de luces se apaguen sin haber solución
Un pequeño escondite encontramos con sabor lúgubre
Nos juntamos entre abrazos sin caber en tal desecho
Sabiendo que la muerte nos alcanzará este octubre
Encerrados en una obscena maleta por suerte con techo
Los años pasaban y el sol no nos tocaba en los rostros
Pero nuestro calor daba creces a nuestra existencia
Alimentándonos con nuestras lágrimas y carnosos besos
Teniendo refugio en nuestros brazos de indulgencia
La simplicidad del momento nos hacía regalar sonrisas
Sabiendo la crudeza que había fuera de las textiles paredes
Soplando de manera fina desafiando al mar y sus brisas
Haciendo de ese lugar libre sin que nos atraparan las redes
El frío octubre llegó y Tierra ya había desaparecido en
tiempo
Intercambiamos malas palabras en nuestro mundo más sincero
Abrimos la maleta y nos encontramos con el ruido del
silencio
Desvanecimos en medio de la nada siendo el polvo más mísero
El espacio y el tiempo habían expirado y con él nuestra
andanza
Nuestro espacio más tierno volvía a ser como la muerte
colectiva
Aunque ya ni versos ni palabras existían gritaba a la
esperanza
En un cosmos fallecido solo tu bella alma hacía sentir la
mía viva
Quintí Casals
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