domingo, 8 de julio de 2012


Lleida.

Lleida consume tanto a mi cuerpo que ya no se ciñe a su silueta
Placer que me levanta esos días de niebla y moléculas venenosas
Ciudad que en verano quema tanto que saca gotas a los poetas
Cada día aquí marca el sonido fiel de tus cadenas y tus esposas

Un río de mutantes atraviesa los diversos parajes de la ciudad
Mientras otros mutantes viven y actúan el lo alto de edificios
Pequeña Nápoles florece en el centro de la peatonal oscuridad
Alcalde vende terrenos a Dante en el infierno de los beneficios

Gente sin palmos de frente tienen su refugio en la parte alta de la urbe
Allí negocio impera entre océanos de la ignorancia que nada se plantea
Aunque por ser ciudad entre cosmos tan oscuro ésta muestra sus luces
Lleida son cadenas que dibujan mi sonrisa porque respetan que Yo sea

En las líneas urbanas al cielo destacan 700 años de historia
Dónde el reloj no cuenta al tiempo sino que define lo que dio
Ciudad que con derrotas cosechó un sinfín de viejas glorias
Pueblos vinieron, vivieron y marcharon haciendo de ésta oro

La pócima que se exhibe por mundo contamina al que no consume
Llegando nuevos focos de luz a ciudad con expectativas entre niebla
Vida en esta ciudad no es fácil, te lo dice un aroma de este perfume
Estas callejuelas roban grados en cada esquina hasta que te hielan

Mi amor por la ciudad que me vio nacer y florecer entre sus espinas
Dando fruto a una flor que vagabundea por los campos de su industria
Porque esta metrópoli tan cruda es fiel a quien tiene la patria más fina
Lleida crece mientras yo progreso siendo en ella la más pequeña hormiga

Quintí Casals

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