Lleida.
Lleida consume tanto a mi cuerpo que ya no se ciñe a su
silueta
Placer que me levanta esos días de niebla y moléculas
venenosas
Ciudad que en verano quema tanto que saca gotas a los poetas
Cada día aquí marca el sonido fiel de tus cadenas y tus
esposas
Un río de mutantes atraviesa los diversos parajes de la
ciudad
Mientras otros mutantes viven y actúan el lo alto de
edificios
Pequeña Nápoles florece en el centro de la peatonal
oscuridad
Alcalde vende terrenos a Dante en el infierno de los
beneficios
Gente sin palmos de frente tienen su refugio en la parte
alta de la urbe
Allí negocio impera entre océanos de la ignorancia que nada
se plantea
Aunque por ser ciudad entre cosmos tan oscuro ésta muestra
sus luces
Lleida son cadenas que dibujan mi sonrisa porque respetan
que Yo sea
En las líneas urbanas al cielo destacan 700 años de historia
Dónde el reloj no cuenta al tiempo sino que define lo que dio
Ciudad que con derrotas cosechó un sinfín de viejas glorias
Pueblos vinieron, vivieron y marcharon haciendo de ésta oro
La pócima que se exhibe por mundo contamina al que no consume
Llegando nuevos focos de luz a ciudad con expectativas entre
niebla
Vida en esta ciudad no es fácil, te lo dice un aroma de este
perfume
Estas callejuelas roban grados en cada esquina hasta que te
hielan
Mi amor por la ciudad que me vio nacer y florecer entre sus
espinas
Dando fruto a una flor que vagabundea por los campos de su
industria
Porque esta metrópoli tan cruda es fiel a quien tiene la
patria más fina
Lleida crece mientras yo progreso siendo en ella la más pequeña
hormiga
Quintí Casals
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