Os quiero.
Nací entre el orgasmo de aquellos que con pasión quieren
veladas
Siendo una sorpresa grata en medio de un anochecer económico
Al salir me encontré con un mundo bello de personas haladas
Que me coronaban como el Dios de esa nube siendo el más
chico
Crecí entre brazos que todo me lo daban aun sin tener huesos
Mi calle era sucia y digna de los perros que habitan en
librerías
Los años no seguían para nosotros pero si nuestros progresos
Mi sonrisa se divertía junto a mi perro, mi compañero de
histerias
Mi infancia fue un viaje por los oasis del desierto de la
objetividad
Siendo yo inocente y alegre criándome en la calle de los
planetas
Me adoptaron como cachorro aquellos queridos de tan lejana
edad
Con mis padres a mi lado el color naranja era una melodía
discreta
Fui conociendo un mundo más grande mientras ellos en el
pequeño
Restaban confusos por mi expansión hacia aquel lugar tan
temido
Era el momento en que el dinamismo dejaba atrás los dulces
sueños
Y ese carácter amable y pacífico ya no era sino que había
sido
Ese sitio para nada me gustaba, descubrí la palabra
“problema”
En las noches ya no existía la luna y aspiraba a ella, solo
farolas
Amigos empezando a llenarse de vaho gris que creaba flemas
Pero detrás de mi compañera soledad estaba mi familia de
violas
Una madre dejó el grupo de los invencibles cayendo sin
levantar
Dejando a un bohemio de larga edad sin su mano de
acompañante
Ya saben que los artistas siempre necesitan una musa a quien
amar
Y los barrotes de la nostalgia dejaron sin fuerza a una luz
brillante
La amargura imperó en mi casa haciendo de esta un veneno
tierno
Aunque la mala palabrería era escuchada por paredes y techo
Hicieron que se me quemaran las alas en las llamas del
infierno
Quizá mi padre viejo y artista pudiera entender estos hechos
En el camino me encontré otra andarina perdida sin brújula
Me pidió destino y la llevé de viaje por el iris de mis ojos
De vuelta fuimos por los callejones perdidos de su figura
Siguiendo el objetivo de hacer del horizonte nuestro refugio
Los segundos se querían reflejar mi cara y me invitaron a
una copa
Un nuevo escondite deformado quería llenar el vaso de
felicidad
Éramos jóvenes mosqueteros que siendo listos queríamos ser
tropa
Viviendo infinitas andanzas de pasos hacia la efímera
libertad
Los grados y el vapor consumiéndome como yo a ellos día tras
día
Rompiendo metas en la historia que me contemplaba perdiendo
Dañándome en vano i bañándome en océanos de sufrimiento
suicida
La realidad eran fantasmas observando a un muerto viviendo
Volví a ese país donde los árboles me abrazaban y los
pájaros se cagaban
Comprendiendo que no volvía porque con su presencia era
verdadero
Amando unos objetos y la vida de éstos, detestando los
sujetos de la nada
Por acompañar a este diamante sucio y perdido os digo que os
quiero
Quintí Casals