¡Estúpido amor!
Soy un caníbal
que día tras día
se alimenta
comiéndose la cabeza
en la chica que
le robó el corazón.
Soy inerte entonces,
sólo carne
y algún que otro órgano
que destruyo
con excesos,
porque me como la cabeza
y mi corazón lo tiene ella.
Cuando te hablo de
como nos consumimos
te hablo de nuestra mutilación
provocada por estallidos
de pasión y besos desenfrenados.
Tanto amor y no a la guerra
nos convirtió
en los soldados de la cama.
Cada vez que te vuelvo a ver
estamos más bellos
recuperándonos de la hecatombe anterior
del sufrimiento de cada conflicto
pero ya lo sabes,
para mí siempre estarás más bonita
sin cabeza y ardiendo en tu fuego,
con tu corazón en mis manos
entre el suelo y el cielo
en el horizonte de nuestro anhelo.
Quintí Casals
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