Si no se cuánto mas bonita estás
ya sea llorando ya sea sonriendo...
¿Qué le voy a hacer? No es mi culpa, créeme;
la casita del niño de ya hace mucho tiempo
se me quedó pequeña, pequeña.
Si me cae el papel al suelo, el viento sopla
y el odio se desmide entre los vórtices del amor...
¿Dónde voy a ir, qué quieres que sienta?
Nadie sabe nada sobre si el sol brillará mañana,
nadie entiende hasta cuántas hectáreas abasta una mirada.
Hoy por hoy los dioses están muertos, el nivel de batería bajo,
la dimensión del color se mide según cuánto veas y
la dimensión de la verdad según cuánto creas.
No te vayas jamás, no, no soy tiempo sin ti;
siempre dijiste que los días no existen.
Quintí Casals
martes, 31 de marzo de 2015
sábado, 21 de marzo de 2015
3
Habitar en el suspense del salmón que es cazado por el oso,
transitar las carreteras nacionales medio desnudo y borracho,
encontrar cada día más vivaz el vuelo de las mariposas.
Sinceramente no sé a qué vine al mundo,
por que caí de la nada y de repente sentí mis nalgas prietas.
De las raíces surgen plantas
y de las plantas medran flores.
Otro 21 de marzo que colorea el cuadro, otro
y aún todo el horizonte en blanco.
Quintí Casals
transitar las carreteras nacionales medio desnudo y borracho,
encontrar cada día más vivaz el vuelo de las mariposas.
Sinceramente no sé a qué vine al mundo,
por que caí de la nada y de repente sentí mis nalgas prietas.
De las raíces surgen plantas
y de las plantas medran flores.
Otro 21 de marzo que colorea el cuadro, otro
y aún todo el horizonte en blanco.
Quintí Casals
miércoles, 11 de marzo de 2015
Sociedad
En este engranaje de logotipos,
etiquetas y musiquitas...
no quieras entrar;
en el fondo los invisibles
habitan nuestras entrañas.
En la insignificante y
triqueñuela de encantar...
no quieras entrar;
en el fondo los invisibles
habitan nuestras entrañas.
La gente pasa, escupe
y se difumina grisácea...
no quieras entrar;
en el fondo los invisibles
habitan nuestras entrañas.
Si eres vagabundo, perro muerto,
vago, maleante o superstar...
no quieras entrar;
morirás, invisible,
en el fondo
de nuestras
desgracias.
Quintí Casals
etiquetas y musiquitas...
no quieras entrar;
en el fondo los invisibles
habitan nuestras entrañas.
En la insignificante y
triqueñuela de encantar...
no quieras entrar;
en el fondo los invisibles
habitan nuestras entrañas.
La gente pasa, escupe
y se difumina grisácea...
no quieras entrar;
en el fondo los invisibles
habitan nuestras entrañas.
Si eres vagabundo, perro muerto,
vago, maleante o superstar...
no quieras entrar;
morirás, invisible,
en el fondo
de nuestras
desgracias.
Quintí Casals
lunes, 2 de marzo de 2015
Los niños
Hace hoy un día precioso para explosionar.
Nacho Vegas
Pensemos por un momento en los niños,
en los pobres y desgraciados niños,
aquellos que vendrán y serán bombardeados
con las dulces hipocresías de la democracia,
con la tímida validez de vivir.
Pensemos en sus ojitos, en las tinieblas de todo aquello que querrán ser;
el runrun de las sirenas tambaleando la ciudad,
la mediocre y solitaria omisión de los días
cayendo, como diarrea,
directamente al suelo del sinsentido.
¿Qué pensarán al ver que más de medio mundo muere de hambre?
¿Qué pensarán cuando su abuela les vomite un martes-noche su ultimo aliento?
No vale la pena traerles a esta condena burda.
Nadie sabe qué mirarán las gaviotas al pasar.
Nadie entiende porque al sentarse en una silla descansamos de veras.
Celebramos la vida en el charco de sus desprecios,
Celebramos la vida y se nos cae la sonrisa.
Nadie sabe qué mirarán las gaviotas al pasar.
Pensemos en los niños,
pensemos en los niños.
Nacho Vegas
Pensemos por un momento en los niños,
en los pobres y desgraciados niños,
aquellos que vendrán y serán bombardeados
con las dulces hipocresías de la democracia,
con la tímida validez de vivir.
Pensemos en sus ojitos, en las tinieblas de todo aquello que querrán ser;
el runrun de las sirenas tambaleando la ciudad,
la mediocre y solitaria omisión de los días
cayendo, como diarrea,
directamente al suelo del sinsentido.
¿Qué pensarán al ver que más de medio mundo muere de hambre?
¿Qué pensarán cuando su abuela les vomite un martes-noche su ultimo aliento?
No vale la pena traerles a esta condena burda.
Nadie sabe qué mirarán las gaviotas al pasar.
Nadie entiende porque al sentarse en una silla descansamos de veras.
Celebramos la vida en el charco de sus desprecios,
Celebramos la vida y se nos cae la sonrisa.
Nadie sabe qué mirarán las gaviotas al pasar.
Pensemos en los niños,
pensemos en los niños.
Quintí Casals
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